Bendy and the Ink Machine

Reseña de Bendy and the Ink machine

Genero: Terror. suspenso

Modo de juego: Un jugador

Peso: 2 gbs

Idioma: ingles (subtitulado a otros idiomas)

Pagina oficial: https://joeydrewstudios.com/batim


Joey Drew Studios Inc. nos brinda esta aventura de sustos y puzles donde la mayor parte de la apuesta se centra en un diseño inspirado en los primeros bocetos animados de Walt Disney. Estos bocetos acabaron siendo, hace ya noventa años, el icónico y querido Mickey Mouse y posteriormente toda su pandilla. Bendy & The Ink Machine nos trae unos personajes muy parecidos -aunque algo más retorcidos y tétricos- y una ambientación que nos hace retroceder hasta los primeros años treinta del siglo pasado. Un diseño y ambientación que sorprende y atrapa en los primeros compases y que mantiene bastante bien el tipo a pesar de contar con una jugabilidad algo simple y limitada. Puzles, exploración y paseos de aquí hacia allá por los escenarios, combate simplón y algún que otro susto. Esto es, básicamente, lo que nos encontraremos en este juego el cual iremos desgranando en este análisis.

Bendy & The Ink Machine nos mete en el pellejo de Henry, un antiguo trabajador de la factoría animada Joey Drew Studios. Nuestro protagonista recibe una extraña invitación del que fuera su jefe y propietario del estudio, Joey Drew, para que vuelva a las oficinas. No obstante y una vez dentro nos daremos cuenta de que algo horrible ha pasado -y sigue pasando- porque el estudio se encuentra en un estado ruinoso, no hay nadie, todo parece abandonado y de las paredes y partes del suelo supura tinta negra. Nuestros primeros pasos serán cautelosos, puesto que no sabemos qué es lo que realmente ocurre y por nuestra mente pasarán varias teorías. Casi todas ciertas, todo sea dicho, puesto que la misma narrativa y propuesta jugable tira de clichés muy manidos y utilizados en infinidad de producciones del mismo corte. No obstante, en estos primeros compases el juego consigue sorprendernos y mantenernos ciertamente intrigados por lo que ha podido ocurrir ahí dentro.

La ambientación del tétrico estudio cuenta con todos los adornos típicos de una secuencia de terror. Sus luces estratégicamente bien colocadas y parpadeantes, intrigantes siluetas, adornos que cambian de posición sospechosamente, los dibujos del estudio -impagable el mal rollo que da la sonrisa del personaje estrella-, esas maderas que crujen a nuestro paso. Todo esto hace que nos metamos de lleno en la acción y exploremos sin descanso cada estancia hasta casi aprendernos de memoria el primer escenario. Las oficinas cuentan con varias secciones y los propios puzles -pistas mediante en el menú de pausa- nos invitan a recorrer cada una de ellas en busca de los objetos que hagan que los engranajes del rompecabezas se conecten y nos abran paso a un nuevo reto. También hay que tener en cuenta las grabaciones dejadas por los mismos trabajadores del estudio, que estarán desperdigadas por los escenarios y que nos darán pequeñas pinceladas de qué es lo que ha ocurrido en los estudios de Joey Drew Productions. Sin olvidarnos de algún que otro y previsible susto. Nada grave para asustadizos y poca cosa para los veteranos en el arte de pasar miedo a los mandos de un videojuego.


Así las cosas, pronto todo tornará en una pesadilla bañada en tinta y dónde antes teníamos que huir pasaremos en sus compases finales a combatir el mal que habita en los estudios. De esta manera pasamos de explorar a una transición en la que el combate -simple y sencillo- toma más protagonismo. Las criaturas que habitan los estudios caerán con un par de golpes y no supondrán una gran dificultad a menos que estemos desarmados o nos rodeen. Además el sistema de control ayuda. Necesitaremos apenas tres botones para interactuar con el mundo que se nos representa. El único “pero” que le podemos poner es que a veces nuestro personaje es algo lento en sus movimientos. No obstante esto tiene todo el sentido del mundo dada la propuesta jugable. Aún siendo poco ágiles no tendremos problemas para huir cuando sea preciso y arrear hachazos cuando sea menester. No moriremos por culpa de ello.

A decir verdad el juego toma características de varios géneros y esto conlleva al hecho de que no destaque en ningún apartado jugable. Y es que se mezcla la exploración con los sustos -que no terror- y los puzles sencillos a los que se añade un anodino sistema de combate. Toda esta mezcla lleva a quedarnos con el original diseño y ambientación como único punto ciertamente destacable del conjunto. Todo esto no es óbice para afirmar que Bendy & The Ink Machine es una grata y divertida experiencia. Todo en él se rodea del típico halo que envuelve a este tipo de producciones independientes y además lo muestra sin tapujos. No pretende revolucionar un género ni poner patas arriba la escena indie. Es, simplemente, un videojuego que pretende provocar tensión, intrigarnos con su historia y sorprendernos con su temática. Y eso lo consigue con creces.


Tráiler



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